En La Rioja, uno de los tantos puntos que toca esa gigantesca columna vertebral de Latinoamérica que es la Cordillera de los Andes, encierra en uno de sus tramos un lugar único, casi irreal: el cráter de un volcán cercano al cielo, bautizado Corona del Inca, que con una laguna de azul profundo en su interior despierta el asombro de los que se animan a la travesía.