El después es para siempre.

El después es para siempre.

 Central homenajeó a Miguel Russo, leyenda del club, y llevaron sus cenizas al Gigante

Con una mezcla de lágrimas, emoción y orgullo, Rosario Central vivió una jornada inolvidable al rendir homenaje a uno de sus ídolos más queridos: Miguel Ángel Russo. En la tarde del domingo, el Gigante de Arroyito fue escenario de una conmovedora ceremonia en la que la familia del histórico entrenador llevó parte de sus cenizas al estadio, cumpliendo con el deseo de que “una parte de Miguel se quede para siempre en casa”.

Un adiós eterno en el Gigante

El acto comenzó con un video que repasó los momentos más importantes de su carrera y de su relación con el club. Las tribunas estallaron en aplausos cuando se proyectaron las imágenes del título obtenido en la Copa de la Liga 2023, el último gran logro de Russo con el “Canalla”.

Su familia, visiblemente emocionada, ingresó al campo de juego portando una urna con las cenizas, mientras miles de hinchas levantaban banderas, pancartas y caretas con su rostro, en un homenaje que mezcló tristeza con gratitud.

“Miguel eterno”

Entre los cánticos que resonaron, uno se destacó por encima de todos: “Miguel eterno”. Los jugadores del plantel actual salieron a la cancha con una camiseta especial con la leyenda “Gracias, Miguelo”, en reconocimiento al técnico que los condujo a un título soñado y marcó un estilo de trabajo basado en el esfuerzo, la humildad y la identidad canalla.

Varios exjugadores, compañeros y amigos del entrenador acompañaron a la familia en el acto, entre ellos referentes como Ángel Di María, Paulo Ferrari y Germán Rivarola, quienes no pudieron contener las lágrimas.

Un legado que trasciende el fútbol

Miguel Ángel Russo falleció a los 69 años, luego de una larga lucha contra una enfermedad, dejando una huella imborrable en Rosario Central y en todo el fútbol argentino. Dirigió al “Canalla” en cinco ciclos, con más de 300 partidos en el banco y una relación especial con los hinchas, que lo adoptaron como símbolo de la mística auriazul.

El presidente del club expresó:

“Miguel nos enseñó que se puede ganar sin perder los valores. Este homenaje es apenas una muestra del amor que le tiene Central y su gente”.

Un Gigante con alma

La tarde culminó con un aplauso cerrado que duró varios minutos. En el centro del campo, la familia depositó la urna bajo una placa con la inscripción:
“Miguel Ángel Russo: tu corazón late para siempre en el Gigante”.

El sol comenzó a caer sobre el estadio, y el aire se llenó de cánticos. No fue una despedida, sino una reafirmación: el después es para siempre.