El jefe de Gabinete afirmó que hay una campaña “sin asidero” que busca confundir sobre el alcance del proyecto oficial. Sostuvo que la reforma busca modernizar las relaciones laborales sin quitar derechos.
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, desmintió que la reforma laboral impulsada por el Gobierno contemple una ampliación de la jornada laboral a 12 horas, y calificó esa versión como “una locura”. En declaraciones radiales, el funcionario señaló que “hay una campaña para petardear” la propuesta oficial y que el objetivo es “modernizar las relaciones laborales sin afectar los derechos de los trabajadores”.
“Hay una campaña sobre esto que no tiene ningún asidero. Eso de 12 o 13 horas de jornada laboral es una locura, es una forma de petardear una propuesta de reforma que, por supuesto, no contiene nada de eso”, expresó Francos en diálogo con Radio Rivadavia.
El funcionario defendió la necesidad de avanzar con cambios estructurales en el sistema laboral argentino, asegurando que “no se trata de quitar derechos sino de ordenar la relación de trabajo y generar condiciones para que los empresarios inviertan y creen nuevos empleos”.
Según Francos, la iniciativa que impulsa el Poder Ejecutivo “busca generar mayor competitividad al sector empresario, sin perjudicar a los trabajadores”. En ese sentido, sostuvo que “el sistema actual está desactualizado y necesita una modernización que facilite la contratación y fomente la formalidad”.
Entre los puntos que se analizarán en la futura reforma, el jefe de Gabinete mencionó la ultraactividad de los convenios colectivos de trabajo, es decir, la prórroga automática de los acuerdos laborales vencidos hasta que se firme uno nuevo. “Hay convenios que tienen más de 50 años y claramente la relación del trabajo cambió totalmente. Se pretende ir a un sistema que permita actualizar los acuerdos en función de las nuevas realidades”, explicó.
Francos subrayó además la necesidad de diferenciar las realidades de las grandes empresas y las pequeñas unidades productivas, muchas de ellas radicadas en el interior del país. “No es lo mismo una empresa siderúrgica que un taller alejado del centro que toma un solo trabajador y no puede cumplir de ninguna manera con las condiciones de un convenio pensado para una gran industria”, ejemplificó.
El jefe de Gabinete insistió en que el espíritu de la reforma “no es eliminar derechos ni precarizar”, sino “darle al país una legislación laboral que incentive la inversión y la generación de empleo formal”.
Por último, Francos pidió “no distorsionar el debate público con versiones falsas”, y reiteró que “ninguna reforma laboral del Gobierno contempla jornadas extendidas ni pérdida de beneficios”.
“El objetivo —cerró— es modernizar el marco legal argentino, hacerlo más ágil, más justo y más compatible con la realidad productiva del siglo XXI”.
