Las bebidas deportivas ganaron popularidad como la opción ideal para reponer líquidos y minerales. Sin embargo, los especialistas advierten que no siempre son necesarias: en la mayoría de los casos, el agua sigue siendo suficiente para mantener una buena hidratación.
¿Necesitas beber electrolitos para mantenerte hidratado?
En los últimos años, las bebidas deportivas con electrolitos se han convertido en un producto de consumo masivo. Prometen rehidratar más rápido, reponer minerales y mejorar el rendimiento físico. Sin embargo, la pregunta persiste: ¿realmente necesitamos ingerir electrolitos para mantenernos hidratados o basta con beber agua?
¿Qué son los electrolitos?
Los electrolitos son minerales presentes en la sangre y los líquidos corporales que cumplen funciones esenciales para el organismo. Entre los más importantes se encuentran el sodio, el potasio, el calcio, el magnesio y el cloro. Estos elementos ayudan a regular la presión arterial, la contracción muscular, la transmisión nerviosa y el equilibrio de líquidos.
Cuando transpiramos intensamente —ya sea por actividad física, altas temperaturas o fiebre— perdemos agua y electrolitos. De allí la lógica de reponerlos para evitar desequilibrios que pueden afectar el rendimiento físico o incluso la salud
Agua o electrolitos: ¿qué conviene?
Especialistas en nutrición coinciden en que para la mayoría de las personas, el agua es suficiente para mantener una correcta hidratación. En situaciones cotidianas, como una caminata ligera, un día de oficina o incluso un entrenamiento de baja a moderada intensidad, el cuerpo no pierde electrolitos en cantidades que justifiquen su reposición extra.
Las bebidas deportivas cobran mayor relevancia en ejercicios prolongados e intensos —como maratones, entrenamientos de resistencia de más de una hora o deportes en climas muy calurosos— donde la sudoración excesiva puede provocar disminución significativa de sodio y potasio. En estos casos, los electrolitos ayudan a prevenir calambres, fatiga prematura y deshidratación.
Riesgos de un consumo innecesario
Consumir electrolitos sin necesitarlos no genera beneficios adicionales. Por el contrario, puede sumar calorías y azúcares innecesarios, presentes en muchas de estas bebidas comerciales. Esto, a largo plazo, puede contribuir al sobrepeso y a problemas metabólicos.
Además, en personas con hipertensión, la ingesta excesiva de sodio puede ser contraproducente. Los especialistas recomiendan revisar las etiquetas y optar por versiones bajas en azúcar cuando sea realmente necesario su consumo.
La clave: escuchar al cuerpo
El mejor indicador de hidratación sigue siendo la sensación de sed y el color de la orina: clara o ligeramente amarilla indica buena hidratación; oscura señala que es momento de beber agua. Para la mayoría de las actividades diarias, un consumo regular de agua es suficiente.
Los electrolitos, en cambio, deben reservarse para escenarios específicos:
-
Ejercicio intenso y prolongado.
-
Altas temperaturas con sudoración abundante.
-
Episodios de vómitos o diarreas, donde se pierden líquidos y minerales rápidamente.
Beber electrolitos no es una necesidad universal. Para la vida cotidiana, el agua sigue siendo la mejor aliada. Las bebidas con minerales cumplen un rol puntual y útil en situaciones de alta exigencia, pero no deberían reemplazar al hábito más saludable y económico: hidratarse con agua fresca a lo largo del día.
.
