Un nuevo enfoque médico hacia la longevidad femenina.
Por Carolina Méndez
Durante años, la menopausia fue vista como el final de una etapa. Hoy, la medicina moderna la entiende como una transición clave hacia una nueva fase de bienestar y longevidad femenina, que requiere atención integral, acompañamiento y prevención activa.
Un cambio natural, pero no menor
La menopausia marca el fin de la función ovárica y la desaparición de los ciclos menstruales. Suele ocurrir entre los 45 y 55 años, aunque puede adelantarse o retrasarse según factores genéticos, hábitos de vida y antecedentes de salud.
En esta etapa, los niveles de estrógeno y progesterona disminuyen, lo que genera síntomas físicos y emocionales que pueden afectar la calidad de vida: sofocos, alteraciones del sueño, sequedad vaginal, cambios de humor y aumento de peso, entre otros.
Pero más allá de los síntomas visibles, los especialistas advierten que la transición menopáusica también marca un aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares, metabólicas y óseas.
Riesgos que crecen con la edad hormonal
El descenso de los estrógenos tiene impacto directo en el metabolismo y en el sistema vascular. Según la Sociedad Argentina de Endocrinología, después de la menopausia se incrementa la incidencia de hipertensión arterial, diabetes tipo 2 y colesterol elevado.
Asimismo, la pérdida acelerada de masa ósea puede derivar en osteopenia y osteoporosis, lo que aumenta el riesgo de fracturas. Por eso, la etapa requiere controles periódicos de densitometría, chequeos metabólicos y seguimiento cardiovascular.
Una mirada más integral: cuerpo, mente y hormonas
El nuevo paradigma médico propone un abordaje integral que combine la medicina preventiva, el bienestar emocional y la nutrición personalizada.
Se incorporan herramientas como la terapia hormonal bioidéntica, el ejercicio funcional, la fisioterapia del suelo pélvico y programas de meditación o mindfulness para reducir el estrés oxidativo.
“No se trata solo de reemplazar hormonas, sino de acompañar al cuerpo en su nueva etapa, fortaleciendo huesos, corazón y mente”, explica la ginecóloga endocrinóloga Dra. Mariana Gutiérrez, especialista en salud femenina y longevidad.
Claves para una longevidad saludable
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Actividad física regular: ejercicios de fuerza y aeróbicos para proteger huesos y corazón.
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Alimentación equilibrada: rica en calcio, vitamina D, proteínas y grasas saludables.
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Chequeos preventivos: controles anuales de sangre, densitometría y salud cardiovascular.
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Gestión emocional: terapia, meditación o redes de apoyo femenino.
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Sueño reparador y descanso adecuado.
El poder de una nueva etapa
La menopausia no es una pérdida, sino una oportunidad de autoconocimiento y cuidado. Con un enfoque integral, cada mujer puede rediseñar su salud y bienestar a largo plazo, extendiendo su vitalidad y calidad de vida por muchos años más.
